En esta ocasión, Sergio es el nombre real, no una identidad ficticia. Prefiere dar la cara, su nombre, incluso nos envió su foto para publicar, pero le convencimos de que tampoco era necesario. Aquí nos cuenta su historia, llena de idas y venidas, de engaños y desengaños. Ha vivido y aprendido mucho en apenas tres décadas. Ahora quiere echar una mano. Gracias, Sergio, y enhorabuena por tu valentía y apoyo a tanta gente que necesita relatos así.

 

Me llamo Sergio, tengo 27 años y soy ex usuario de pornografía desde hace más de dos años. De toda mi vida, he vivido realmente 14 años de verdad, y 13 años los he pasado como adicto al placer del porno.

Quiero contar mi pequeña historia. Nací oyente, pero a los dos años me quedé totalmente sordo por un problema del desarrollo de los órganos de los oídos. Estuve desde los dos años hasta los seis años hablando por las manos, y desde esa edad empecé a hablar a través de la logopedia. En aquella época era bastante tímido porque iba a un colegio de oyentes, y era el único de la clase que apenas hablaba, pero con el tiempo, me enseñaron a hablar. Era un niño bastante inocente, e introvertido en general. 

Cuando cumplí 11 años, un compañero en clase de informática me enseñó un videojuego virtual con el que acabé siendo adicto en el transcurso de los años. Poco más tarde, se desató una polémica mundial con ese videojuego, que fue sancionado por la falta de control a los menores. En ese juego, se conectaban millones de personas en todo el mundo, y la polémica consistió en que se empezó a compartir webs de pornografía. Y yo fui una de las víctimas. Accidentalmente, di a ese enlace de la pornografía y se me abrió una pestaña en el navegador web. Tenía 13 años.

A través de esa web pude visualizar por primera vez en mi vida relaciones sexuales explícitas. Enseguida advertí mi adicción al placer. Día tras día visionaba por las noches esos vídeos pornográficos, y un día quise ver porno gay, fetichismo y más. Aumentaron mis masturbaciones diarias. Mis estudios empezaron a afectarme seriamente, no tenía energía, estaba siempre adormilado, cansado. No sé cómo es posible que a día de hoy tenga dos grados medios con todo esto encima.

Con 20 años, empecé a vivir solo en otra ciudad, alejado de mi familia. Como seguía siendo adicto a la pornografía, mi dosis diaria empezó a crecer y comencé a experimentar con el sexo real. Con el tiempo, empecé a dejar de ver la pornografía porque perdí el interés y, en su lugar, me convertí en un usuario del sexo inducido por la pornografía.

Hasta que un día, después de otra experiencia sexual, se despertó algo dentro de mi mente. Me di en cuenta de que había tocado a fondo y, de regreso a casa, empecé a buscar cómo dejar la adicción a la pornografía. ¿Y por qué empecé a buscar cómo dejar la adicción a la pornografía y no al sexo? Porque la adicción al sexo llegó a través de la pornografía.

Un tropiezo, y otro… y otro

Vi muchos canales de YouTube en busca de cómo dejar este adicción, y me encontré con un canal realmente muy bueno en el que participaría la primera vez el reto NoFap en el que alcancé 104 días en abstinencia. Pero después volví a las tinieblas de la adicción… Después, gracias a un coach conseguí conocer gente nueva y a salir con ellos, me apunté a un gimnasio para mejorar mi salud física y mentalmente, descubrí una nueva afición, que es tocar el piano, empecé a tener mejor memoria, etc.

Y volví a tropezar de nuevo. Sentí que esos beneficios se esfumaban porque dejé el deporte, empecé a encerrarme de nuevo, y muchas cosas malas. Más tinieblas. Mi adicción al sexo, cambió hacia uno más agresivo donde podría tener consecuencias. “Sergio, no te asustes. Sé que te a va a dar un mal rollo, pero deberías hacerte las pruebas del ETS”, me dijo una persona con quien había practicado sexo. Afortunadamente, todo quedó en un susto.

Inmediatamente, empecé a buscar otro coach, y comencé un camino de autodesarrollo personal. Desde hace diez meses soy yo también instructor y guío a otros para avanzar por este camino de la recuperación. He aprendido que las recaídas no son malas si se convierten en un proceso de aprendizaje, y añadimos algo más a nuestra experiencia al observar los errores. Me gusta este lema: “El fracaso no es una opción, pero es una gran oportunidad para ser invencible”.

«Una vez que empiezas, no hay vuelta atrás»

No es fácil salir de la adicción al sexo. Requiere mucha ayuda, contar nuestros problemas a nuestros seres queridos. Te guste o no lo tienes que hacer o no podrás salir de este espiral. Se requiere muchísimo trabajo del autodesarrollo personal. Ojalá que hubiese tenido una educación sexual que me enseñara que la pornografía puede llevarte a esto. Ojalá que me hubiese dicho esto: “Sergio, una vez que empieces no hay vuelta atrás”.

Mi consejo, en resumen, para todos: si eres adicto, por amor de Dios, cuenta tus problemas a tus seres queridos. Buscar ayuda es sano, es un tabú, pero ¿no era un tabú cuando tuviste sexo con personas por el placer? Piensa en ello.

Las cosas pequeñas son lo que realmente se disfrutan cuando el centro de recompensas funciona bien. Con la pornografía, necesitamos las cosas grandes y arriesgadas para disfrutar porque nuestro centro de recompensas está roto.

Dejemos de ver a las personas como objetos, y empecemos a verlas como personas de verdad que te quieren. Por favor, ayúdanos a que reduzca la prostitución, a que reduzca la pornografía por el bien de la sociedad y de tu futuro.

Espero que con este testimonio te haya motivado a dejar la pornografía.

Un abrazo muy fuerte a todos. 

Sergio