Podríamos esperar que la generación de los millennials (los nacidos entre los 1980 y mediados de los 1990) que ahora rondan los treintaytantos sea una generación sin tabúes en cuanto al sexo, liberada, que normaliza el sexo extramatrimonial pues lo encuentra hasta en los anuncios de lavavajillas. No estaríamos equivocados, todas estas características son ciertas, pero entonces ¿por qué los millennials tienen menos relaciones sexuales?

La revista científica estadounidense referente en el comportamiento sexual (Archives of Sexual Behavior) sacó a la luz un estudio en 2015 sobre los hábitos sexuales de diferentes generaciones en EEUU. Se tomó una muestra de 26.707 norteamericanos que representaba la Generación X (los nacidos entre los 60 y 70) y a los millennials. Los resultados demostraron que a pesar de que se había reducido el estigma social sobre el sexo prematrimonial esto no suponía un aumento en los encuentros sexuales. De hecho, el estudio afirma que los millennials tienen el doble de probabilidades de ser vírgenes comparado con la Generación X a su misma edad. Es decir, si nos hubiésemos encontrado con un joven de 18 años en el 1983 y le hubiésemos preguntado si era virgen, nos hubiese respondido un “no” con el doble de probabilidad que un chaval de 18 años en 2003. 

Es sorprendente y hasta contraintuitivo. La percepción general de los millennials es que están hipersexualizados con los videojuegos, pornografía, Tinder, encuentros sexuales casuales, etc… pero los datos muestran lo contrario. De hecho, si analizamos el comportamiento sexual entre personas del mismo sexo, la evidencia es totalmente diferente. El mismo autor del estudio anterior y el escritor de “Generation Me” (Generación Yo), demostró que entre 1973 y 2014, los encuentros sexuales de personas del mismo sexo se habían duplicado en EEUU. Por lo tanto, esto parece un quebradero de cabeza, si los millennials son más tolerantes y tienen menos prejuicios con el sexo y la sexualidad, ¿cómo es posible que haya descendido la tendencia a practicar sexo? 

Los académicos relacionan esta reducción a múltiples factores socio-culturales, económicos y políticos pero antes de responder vamos a indagar un poco más en cómo son lo millennials. 

Probablemente una de las generaciones más criticadas, no es de extrañar, en España, una gran parte corresponde a los denominados “ninis” que ni estudian ni trabajan, muy a menudo considerados narcisistas, individualistas y vagos. No son nativos digitales pero han liderado la migración del mundo analógico al digital adaptándose como nadie a las nuevas tecnologías (Tinder es prueba de ello) pues pasan la mayor parte del tiempo en el mundo virtual. Sin embargo, es absurdo pensar que toda una generación es egocéntrica, viciosa y holgazana. Todo es fruto de la evolución político económica y social de la región en el que se crece, muchos de estos comportamientos son heredados de la sociedad aburguesada de finales de los 80 y mediados de los 90 que se derrumbó con la crisis económica de 2008 y toda esta evolución ha configurado la adolescencia y juventud de los millennials.

¿Por qué tienen menos sexo que la generación predecesora (Generación X)?

Todo son hipótesis, pero desde Dale Una Vuelta y basándonos en estudios académicos hemos querido mostrar una breve lista de elementos que influyen en esta reducción de la tendencia al sexo. 

1. El sexo es ocio

La liberalización de la sexualidad que se luchó y se ganó a pulso la Generación X se ha desvirtuado. La revolución sexual, los hippies, Mayo del 68, momentos en la historia que demuestran cómo el sexo se empleaba hasta como arma política; era subversivo, desafiaba el orden impuesto, sin embargo, ahora ya no existe ese carácter revolucionario de la sexualidad. Ahora el sexo compite con Netflix, con una partida de videojuegos o un video porno. Es una forma más de matar el aburrimiento para muchas personas. El sexo se puede hacer con amigos o desconocidos, es algo que pierde valor y por tanto se normaliza como un elemento natural del día a día y se acaba perdiendo el interés por él.

2. Generación Peter Pan – Todo se retrasa

Algunos investigadores achacan el desinterés por el sexo como una muestra más de que la generación millennial madura con mayor lentitud que su predecesora. Por motivos diversos, los jóvenes se casan, se van de la vivienda de sus progenitores o tienen hijos mucho más tarde que lo que lo hicieron sus padres. Esto es por razones económicas y por la propia dinámica social, o incluso por el uso de la tecnología -todo es mucho más fácil e inmediato y cuesta más afrontar dificultades-. En casa de los padres se está muy a gusto aunque también es cierto que muchos jóvenes no pueden independizarse por la precariedad laboral. El nivel de estudios ha aumentado y ahora es común pasar más años formándose que la Generación X. Todo esto es un cúmulo de factores que deriva en una especie de “adolescencia extendida”.

3. Individualismo

Característica principal de los millennials. Generación de lo inmediato y del yo. Los trastornos narcisistas han aumentado tres veces más en los jóvenes millennials que en las dos generaciones anteriores. Tienden a identificarse con valores más extrínsecos como la fama o la imagen, y no con valores intrínsecos (pertenecer a un grupo o a la comunidad) como sí lo hace la Generación X. Los millennials juegan en una liga dominada por el materialismo y la superficialidad. Es un universo en el que el compromiso es casi una quimera y poco apreciado así como el esfuerzo es infravalorado. Una generación aburrida del sexo, que no entiende la sexualidad como elemento de conexión ni de transformación sino como puro entretenimiento, al final, acaba por encerrarse más en sí misma, en su narcisismo e individualismo.

4. Adicción a las pantallas y la pornografía

Técnicamente el tiempo que pasas detrás de una pantalla no lo pasas con otras personas reales. Lo que Tinder te dice de una persona es su foto, pero a lo mejor en un bar podrías conocer a alguién que te conquiste por su actitud y personalidad. Otras prácticas relativas a los millennials es el sexting, en DUV te lo explicamos en este post. Son comportamientos que por la rápida satisfacción que ofrecen y el poco esfuerzo que requieren se acaban convirtiendo en anodinas y aburridas. Faltan estímulos y al final donde Tinder y el sexting parecía que sería el apogeo de los encuentros sexuales de una noche, se ha acabado transformando en fuente de insatisfacción y adicción a las notificaciones.

Estrechamente ligado con lo anterior y como no podía ser de otra forma, la pornografía ejerce una influencia abrumadora sobre esta generación pues, en gran medida, ha sido (mal)educada sexualmente por el porno. Una generación que ha aprendido un sexo irreal, misógino y ficticio acaba generando rechazo interno por la realidad de las relaciones sexuales. Las frustraciones a la hora de establecer contacto sexual con tu pareja, rupturas, adicciones, insatisfacción, prácticas sexuales de riesgo o la disfunción eréctil son solo la punta del iceberg de lo que el porno está causando en esta generación.

5. Hipersexualización

La cultura moderna ha normalizado tanto el sexo en anuncios, música, videoclips, videojuegos, novelas, series, películas etc… que ha supuesto el efecto contrario. Paradójico, a más hipersexualización menos interés por el sexo. Como apuntábamos anteriormente la banalización tan constante y manida de los encuentros sexuales ha devaluado el sexo, como si fuera una moneda que cuanto más se imprime menos valor posee.

6. Globalización

No debemos olvidarnos de los factores económicos y sociales, que han llevado al mundo a hacerse cada vez más pequeño (ayudado por el rápido avance tecnológico). Las relaciones a distancia han aumentado notablemente pues la movilidad alrededor del globo lo ha hecho del mismo modo. Ahora es mucho más común comenzar una relación con una persona que la hayan destinado a otro continente por trabajo. Las cadenas de suministro globales y la deslocalización han supuesto muchísima movilidad y esto afecta también a las relaciones humanas

El ejemplo extremo de esta abstinencia sexual voluntaria es Japón, un país en el que un tercio de población se mantiene virgen hasta una media de los 30 años y no por motivos religiosos o de negación del deseo sexual sino simplemente por el individualismo. Japón es el país líder en industria del sexo y autoplacer, pornografía, contenido sexual, juguetes eróticos entre otros contenidos. Es irónico, los jóvenes apenas practican sexo pero están rodeados de contenido hipersexualizado, a nuestros ojos esto debería infundir en la población mucho más deseo de mantener relaciones sexuales reales… pero irónicamente sucede todo lo contrario.

 

NOTA: Para finalizar este post, un llamamiento al relativismo. Catalogar a toda una generación de personas por estar cortados por el mismo patrón es reduccionista, asique estos estudios nos ayudan a entender de forma superficial ciertas tendencias dominantes (enmarcadas en un país determinado con una historia concreta) pero para nada explican con exactitud la complejidad del ser humano ni de su relación con la sexualidad. Un “millennial” puede estar leyendo este post y no sentirse para nada identificado con lo descrito porque cada persona es un mundo.

Artículo inspirado en: https://elordenmundial.com/el-sexo-que-viene/