Se estima que la industria pornográfica mueve unos 3.000 dólares al segundo, una cifra que supera a la facturación conjunta de cadenas televisivas como la ABC, NBC o CBS. Por cada 400 películas producidas en Hollywood, se crean 3.000 cintas pornográficas.
Al igual que la ciencia ficción no deja de ser ficción, las películas pornográficas no dejan de ser porno. Las relaciones sexuales que representan no contienen una narrativa sobre la relación sexual si no que muestran de una manera muy simplista todo el mundo de las relaciones íntimas y afectivas.
En psicología, una de las teorías comunes sobre el desarrollo sexual es la que hace referencia a los “sexual scripts” (guiones sexuales en español). Son los marcos cognitivos o esquemas de pensamientos que la persona va construyendo a lo largo del desarrollo de su sexualidad. Estos pensamientos se ven influidos tanto por nuestra biología como por nuestro ambiente y experiencias tempranas o durante la adolescencia; que irán conformando un “yo” sexual, con una serie de creencias, preferencias, fantasías, valores, pensamientos y emociones.
La pornografía por su alto contenido excitante y estimulante tiene un poder de influencia muy grande en estos guiones sexuales, siendo capaz de alterarlos o de introducir ideas que no pertenecen al propio desarrollo natural de las personas tal y como alude el estudio de Stulhofer et al (2008).
Los guiones cinematográficos de la pornografía se basan en las relaciones de poder, en la agresividad hacía la mujer, en la sumisión, la jerarquía de género, los estereotipos sexuales, el hedonismo, la superficialidad y un largo etc.
Desde DaleUnaVuelta repetiremos hasta cansarnos la acuciante necesidad de informar a las personas sobre las consecuencias del consumo de pornografía, para que cada uno pueda reconocer cómo le afecta en sus relaciones sexuales y en su vida diaria. Padres, profesores y profesionales de la salud tenemos un largo trabajo por delante para concienciar a las nuevas generaciones sobre el carácter adictivo de la pornografía y sus potenciales consecuencias negativas.