Hace unos días, en una de las sesiones que impartimos en un colegio, una adolescente preguntaba: ¿Por qué el consumo de pornografía se ha vuelto una actividad tan habitual y perjudicial para los adolescentes?
La OMS define la adolescencia como un periodo de crecimiento y desarrollo de la persona, que se produce después de la niñez y antes de la edad adulta, entre los 10 y 19 años. Se trata de una de las etapas de transición más importantes en la vida del ser humano y se caracteriza por un ritmo acelerado de crecimiento y cambios a nivel físico y psicológico. En el plano físico, el cambio más importante y llamativo tiene lugar en la esfera sexual y culmina con la adquisición de la fertilidad: lo denominamos maduración sexual.
La maduración sexual es el proceso hormonal que se inicia en la pubertad y conlleva que los adolescentes van madurando los caracteres sexuales primarios (el crecimiento de los órganos sexuales) y secundarios (aparición del vello, cambio en el tono de voz, primera ovulación y eyaculaciones espontáneas, aumento de la estructura ósea y muscular y aumento de peso).
Estos cambios físicos necesitan de la actuación hormonal en el cerebro y los órganos sexuales. A parte de que la actuación hormonal desarrolla físicamente a la persona, también influye en la aparición del deseo y atracción sexual. La adolescencia, por tanto, es una etapa en el que se consolidan muchas de las actitudes sexuales que con posterioridad determinarán la vida sexual adulta.
Este tiempo de crecimiento, maduración y de gran potencial, también constituye una etapa de riesgos considerables, como por ejemplo: consumo de drogas, delincuencia, conductas sexuales de riesgo… En la esfera sexual, los adolescentes se ven sometidos por el grupo para empezar a tener conductas sexuales, como por ejemplo, la primera experiencia sexual o el consumo de pornografía.
Hay varios factores por los que los adolescentes son un grupo de riesgo para desarrollar una conducta problemática relacionada con el consumo de pornografía:
- La propia adolescencia. Período de transición entre la niñez y la adultez. Incluye algunos cambios importantes, tanto en el cuerpo como en la forma en la que un joven se relaciona con el mundo.
- La maduración sexual y los cambios hormonales y físicos. Los niveles de testosterona en los adolescentes son muy altos. Esta hormona sexual masculina es la responsable de los cambios físicos y de la aparición del deseo sexual y la atracción.
- El desarrollo psicológico. El adolescente necesita diferenciarse de la familia para vivir una afirmación personal y social. Aparecen los primeros impulsos sexuales y el apoyo y aceptación por el grupo de pares es muy importante para ellos. En este momento es cuando pueden llevar a cabo ciertas actividades sexuales de las que realmente no están convencidos.
- El desarrollo de creencias sobre la propia sexualidad. La adolescencia es el periodo en el que se desarrollan criterios propios sobre diferentes áreas de la vida. Es el momento que forjaran las propias creencias de cómo quieren vivir su sexualidad y que conductas llevar a cabo.
- El cerebro adolescente es más vulnerable a la adicción. La corteza prefrontal, responsable de la toma de decisiones y de la inhibición de la conducta, es muy inmadura. Además, los circuitos involucrados en el placer sexual (el sistema de recompensa y la dopamina), son muy sensibles en los adolescentes. Esta característica parece volverlos especialmente vulnerables a los efectos de las drogas, del alcohol y el sexo.
- Falta de educación sexual por parte de los padres. Debido a que la pornografía es una agente socializador entre los adolescente y su principal fuente de educación sexual, el papel de los padres está subestimado. Según el informe realizado por la Universidad de las Illes Balears, “Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales”, casi un 70 % de los entrevistados dice que ha recibido una educación afectivo-sexual insatisfactoria y para resolver sus dudas acude en un 72,8 % de los casos a las amistades y en el 69,1 % a internet. Los padres y profesores solo son una opción para el 27,5% de los encuestados. Además, el tipo de relación que se tenga con los padres también influye. Una relación cálida y de afecto entre padres e hijos puede hacer disminuir la frecuencia de consumo de pornografía. Algunos estudios han confirmado que adolescentes que consumen de forma frecuente refieren un tipo de relación fría y distante con sus padres.
- La edad del primer teléfono móvil se adelanta año tras año. Según el Instituto Nacional de Estadística (INE), la disposición de un teléfono inteligente se incrementa significativamente a partir de los 10 años. Así, tres de cada cuatro niños de 12 años tienen teléfono móvil, y la mitad de los niños con 11 años también lo tiene. A partir de los 13 años (86%) la tendencia se eleva hasta alcanzar el 93,9% en la población de 15 años (INE, 2017). El smartphone es la principal vía de consumo de pornografía en el 80% de los casos.
- El fácil acceso a internet. El 83,4% de los hogares españoles tienen acceso a la red. El uso de Internet en edades comprendidas entre los 16 y los 24 años es prácticamente universal (98,0%) (INE, 2017).
Estos son algunos de los factores habituales que pueden llevar a un adolescente a consumir de forma perjudicial pornografía. Una etapa necesaria para estar cerca de ellos y acompañarles en estos años de transición. Respecto a la pornografía, los adolescentes carecen de experiencias de la vida real y capacidad cognitiva para reconocer las representaciones pornográficas como exageradas y ficticias, lo que puede contribuir al desarrollo de ideas poco realistas sobre la sexualidad.
Tres preguntas que les puedes plantear:
1. Lo que aparece o se dice, ¿crees que es lo cotidiano? ¿Es real? ¿Sería posible vivirlo con una persona en un encuentro real, cara a cara?
2. Cuando ves un vídeo con sexo explícito, ¿piensas que la persona con la que tengas relaciones sexuales le gustaría vivirlo? ¿Se sentiría cómodo/a?
3. ¿Qué ideas se muestran sobre los hombres y las mujeres? ¿Cómo son? ¿Te gustaría ser el protagonista de esa escena?
Hola
¿Tienen alguna investigación de exposición a la pornografia en niños y niñas, antes de adolescencia?
Trabajo para un programa de educación sexual infantil en México y he tenido varios casos de niños qué han visto pornografía a los 8 o 10 años.
Lo que hemos visto es que tienen conductas de rechazo hacia el cuerpo, lenguaje inapropiado, mucho asco cuando se habla de cómo se forman los bebés o cuando se explica sobre cambios de la pubertad.
Hola Elena, hay todavía poco material existente, pero por mail te enviamos alguna referencia. Gracias por escribirnos!