Son numerosos los estudios que reflejan que el género y el uso de la pornografía se encuentran significativamente asociados con comportamientos de cosificación sexual, en multitud de países y para ambos géneros, tanto hombres como mujeres.
La explicación es sencilla, pues las personas aprenden sobre las normas sexuales cuando ven contenido sexualmente explícito (Brown & L’Engle,2009; Rothman et al., 2015) y, precisamente la pornografía, es el medio perfecto para perpetuar normas sexuales y representaciones de mujeres que son cosificadas sexualmente (Bridges et al.,2010).
La cosificación sexual hace referencia al tratamiento de las personas reducidas simplemente como un cuerpo, el cual es utilizado principalmente para la satisfacción sexual. Esto sucede en el contenido pornográfico a través de vídeos, películas, revistas e Internet, en el que se posicionan los cuerpos de las mujeres, especialmente sus genitales, como el centro de atención (Klaassen y Peter, 2015).
Cabe destacar que, aunque los hombres consumen pornografía con más frecuencia que las mujeres (Solano et al., 2018) y presentan mayores creencias de que las mujeres son objetos sexuales (Wright y Tokunaga, 2016), existe evidencia de que el género no influye en la asociación entre el uso más frecuente de pornografía y la cosificación sexual. Es decir, los efectos del uso de la pornografía en las actitudes de cosificación sexual no varían según el género.
No obstante, el impacto en hombres y mujeres es diferente, ya que mientras que el hombre se siente en la libertad de tratar a su pareja sexual como un objeto para satisfacer sus deseos sexuales, la mujer siente que es así como tiene que ocurrir y por ello es más fácil que acepte prácticas sexuales que ha normalizado tras consumir pornografía, aunque en otra situación tal vez no las habría aprobado. Una referencia que refleja perfectamente esta idea es la cita de Teresa de Lauretis, escritora, profesora y filósofa que ha realizado importantes aportes a los estudios de género. La cita dice lo siguiente: «Los hombres miran a las mujeres. Las mujeres miran como son miradas. Eso determina no sólo la mayor parte de las relaciones entre hombres y mujeres sino también la relación entre las mujeres y sí mismas. La parte de la mujer que se observa es masculina: la parte que se siente observada es femenina. Así la mujer se transforma en objeto –y más exactamente en un objeto visual: una vista».
De cara a futuros estudios, se pretende recopilar datos y realizar comparaciones entre diferentes países con el objetivo de analizar los efectos potenciales de otras variables que pueden influir, como la desigualdad de género. Por ejemplo, Calogero y Jost (2011) postularon que la desigualdad de género y el sexismo crean un antecedente circunstancial que favorece la cosificación sexual.
De esta manera, se entiende que la cosificación sexual de la mujer puede deberse a diversos factores y variables. Sin embargo, de lo que no cabe duda, es que el consumo de pornografía tiene un papel de influencia principal. En definitiva, es primordial diferenciar entre el interés por la persona de carne y hueso y el interés por el cuerpo: es la distinción entre lo erótico y lo pornográfico.
Bibliografía
Bridges, A. J., Wosnitzer, R., Scharrer, E., Sun, C., & Liberman, R. (2010). Aggression and sexual behavior in best-selling pornography videos: A content analysis update. Violence Against Women, 16, 1065–1085.
Brown, J. D., & L’Engle, K. L. (2009). X-rated: Sexual attitudes and behaviors associated with U.S. early adolescents’ exposure to sexually explicit media. Communication Research, 36, 129–151.
Calogero, R. M., & Jost, J. T. (2011). Self-subjugation among women: exposure to sexist ideology, self-objectification, and the protective function of the need to avoid closure. Journal of Personality and Social Psychology, 100, 211–228.
De Lauretis, T. (2000). Diferencias (pp. 16-17). [Madrid]: Horas y Horas.
Klaassen, M. J. E., & Peter, J. (2015). Gender (in)equality in Internet pornography: A content analysis of popular pornographic Internet videos. Journal of Sex Research, 52, 721–735.
Rothman, E. F., Kaczmarsky, C., Burke, N., Jansen, E., & Baughman, A. (2015). “Without porn… I wouldn’t know half the things I know now”: A qualitative study of pornography use among a sample of urban, low-income, Black and Hispanic youth. Journal of Sex Research, 52, 736–746.
Solano, I., Eaton, N. R., & O’Leary, K. D. (2018). Pornography consumption, modality and function in a large internet sample. Journal of Sex Research, 1–12.
Willis, M., Bridges, A.J. & Sun, C. Pornography Use, Gender, and Sexual Objectification: A Multinational study. Sexuality & Culture (2022).
Wright, P. J., & Tokunaga, R. S. (2016). Men’s objectifying media consumption, objectification of women, and attitudes supportive of violence against women. Archives of Sexual Behavior, 45, 955–964.
Hola! Me pueden decir cuáles son los síntomas de abstinencia por dejar la pornografía y la masturbación?
Esto dependerá mucho del tiempo invertido en visualizar y de si existe algún grado de adicción.
En los casos más graves los sujetos refieren:
– Incapacidad para la concentración. Sugerencias recurrentes a nivel mental con la opción de visualizar o con imágenes visualizadas en algún momento.
– Puede aparecer nerviosismo, tristeza, culpa o emociones que no se saben gestionar, cuando la adicción está relacionada con una mala gestión emocional.
Aumento en la ingesta de comida o cualquier otra actividad que sustituya la sensación de recompensa que antes se encontraba en visualizar.
– Falta de motivación para relacionarse con otros o hacer cosas que antes eran motivadoras. Puede darse una tendencia al aislamiento.
– Pensamientos recurrentes pornográficos relacionados con las claves cerebrales que el cerebro ha ido instaurando en los objetos y emociones que rodean a lo que solía ser el tiempo o espacio de visualización y recreación con la sexualidad.
– Aumento en la intensidad en la apetencia de visualizar. También en el deseo sexual, la agitación y la vitalidad.
– Falta de motivación con la vida, o por el contrario, energía idílica de que jamás se volverá a consumir contenido pornográfico con una mayor facilidad de lo que luego resulta, lo que muestra un desajuste en la percepción que se tiene de la propia dependencia a dicho material y actividad.
– Recaída compulsiva donde se visualiza más tiempo y más contenido que normalmente. Lo que puede originar una sensación grande de vacío, culpa y falta de control sobre uno mismo y la propia vida.
– Reaparición de «mentiras autoimpuestas». Ejemplo: » Solo veré una imagen y ya»,»yo lo controlo», «llevo mucho tiempo haciéndolo bien, me he merecido visualizar un poco», «Antes esto me relajaba, me hacía sentir mejor, ahora no me encuentro bien», » Ver un poco no es algo tan grave», «Me siento solo»…
Estos son algunos de los síntomas más destacables. Para conocer exactamente si se presenta sintomatología relacionada con la abstinencia, lo mejor es contactar directamente con un profesional en esta materia y exponerle el caso particular.