La preocupación de los padres por el mundo de las redes donde se mueven sus hijos no hace más que crecer. En Australia, el pasado mes de noviembre, el primer ministro Anthony Albanese, anunció la prohibición del acceso a redes sociales a los menores de 16 años, junto a la promesa de que se tomarían medidas contra aquellas empresas que no protegiesen a los más jóvenes. La prohibición se basa en la premisa de que los menores aún no están preparados para navegar de forma segura en las redes sociales.

De forma muy similar, en España, a inicios de diciembre se ha publicado desde el Ministerio de Infancia y Juventud un informe fruto del trabajo de un comité de 50 expertos, de diferentes ámbitos y áreas, del que ha formado parte Dale Una Vuelta. La protección del menor en el entorno digital era el denominador común. Este informe busca contribuir a la creación de una nueva ley, para la cual el Consejo de Ministros del Gobierno de España ya aprobó el anteproyecto en junio.

¿De qué trata el informe?

El trabajo tiene una extensión de más de 200 páginas. Desde el comienzo, se subraya el principio de supremacía del interés superior del menor, que ya se recoge en la legislación española. La defensa del menor y su bienestar es superior a otros derechos fundamentales, como el de la libertad de expresión o el de la privacidad. Este principio es una base esencial, que justifica toda medida necesaria para proteger al menor, incluso si esta colisiona con otros derechos online.

El informe también desmitifica algunos conceptos -por ejemplo, el de que “la regulación mata a la innovación”- y hace un recorrido explicativo muy completo de cada etapa del desarrollo infantil, desde antes de los 2 años hasta la adolescencia. Los expertos aclaran de qué forma un mal uso de la tecnología puede influir en el desarrollo del menor, dependiendo de cada etapa.

Se recogen conceptos muy variados como la “salud digital” (el impacto de las pantallas sobre la salud), la perspectiva de género como una perspectiva esencial que vela por la violencia digital dirigida a las mujeres y niñas, la discapacidad en la infancia digital, el “plan digital familiar” e incluso términos poco conocidos como los “neuroderechos” o “patrones oscuros”.

Dark patterns y neuroderechos

Los neuroderechos son una nueva categoría de derechos que buscan proteger la integridad neuronal y la indemnidad mental de los consumidores de tecnologías, debido a los múltiples riesgos asociados a un uso inadecuado de las mismas. Su objetivo es defender aspectos como la privacidad mental, la identidad y autonomía personal y la protección ante sesgos en algoritmos o procesos automatizados.

¿Por qué surge la necesidad de una nueva categoría de derechos? Porque cada vez se investiga más sobre una nueva amenaza, los llamados «patrones oscuros». Tal y como se relata en el informe, “existen aplicaciones y plataformas que influyen de forma intencionada en el comportamiento de los usuarios (tanto personas adultas como menores) mediante patrones oscuros, dark patterns. Su objetivo es maximizar el tiempo de uso y el engagement, mediante notificaciones constantes, recompensas intermitentes (ej., los “me gusta”, la utilización de emoticonos o los comentarios en redes sociales), el desplazamiento infinito, o los contenidos que apelan a la emoción de las o los adolescentes. De esta manera se crea una adicción”.

Muchas veces se habla de la necesidad de educar en un “uso responsable” de las tecnologías. Sin embargo, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, lo dejó claro: cuando le preguntaron si no sería mejor invertir en educar en la responsabilidad en vez de prohibir las redes, Albanese respondió que ese planteamiento sería insuficiente porque «presupone una relación de poder igualitaria».

Quizá pensamos que jugamos en la misma liga, cuando las redes sociales se encuentran en una muy superior, haciendo uso de mecanismos que manipulan la neurología humana a su beneficio. El “uso responsable” solamente será eficaz si viene acompañado de políticas públicas, normas y sanciones para quienes las incumplan, según recomiendan los 50 expertos.

La pornografía y las cuatro C

¿Qué se dice sobre pornografía en el informe? Principalmente, que existen cuatro riesgos asociados a la exposición y consumo de ésta en menores: riesgos de contenido, de contacto, de conducta y de contrato. Hablaremos ahora de los tres primeros.

Riesgos de contenido: la pornografía de hoy en día nada tiene que ver con la de hace 10 o 30 años. En un estudio se recoge que el bombardeo de contenido pornográfico en la red es señalado por los jóvenes como una de las características definitorias de su experiencia online. Ya no se trata del acceso gratuito a páginas pornográficas, sino del acceso de esta pornografía a los jóvenes que ni si quiera la buscan. Según un estudio con más de 3.600 participantes adolescentes, el 90% de los y las adolescentes (13-18 años) han visto pornografía, y el 44,5% la encontró en Internet sin buscarla. Adicionalmente, los expertos aseguran que “la pornografía actual es casi en su totalidad violenta, misógina y representa a las mujeres como objetos sexuales, las escenifica como sumisas y normaliza y hasta erotiza la violencia hacia ellas (palizas, estrangulamiento, violaciones, etc.)”. La visualización de la “nueva pornografía” en edades tempranas conlleva consecuencias como el aumento del sexismo y la violencia sexual contra las niñas y adolescentes, una capacidad reducida para construir relaciones sexuales y emocionales satisfactorias, y un consumo problemático o adicción a la pornografía, tal y como se detalla en el informe. Según los datos del estudio previamente mencionado, el 45,1% de los varones lo consumen una o dos veces a la semana, mientras que un 34,4% lo consumen cada día (lo cual ya se considera un consumo problemático o adicción).

Mientras tanto, otro estudio que encuesta a alrededor de 2.500 progenitores, recoge que solo un 13,2% de padres y madres piensan que sus hijos ven pornografía, y un 80,6% confían en el sistema educativo para que se haga una educación afectivo-sexual efectiva; según narra el informe.

Riesgos de contacto: en esta categoría encontramos el abuso sexual infantil que se está produciendo en línea, en todas sus formas, incluyendo el grooming, la sextorsión, trata con fines de explotación… El informe advierte de datos inquietantes: “La Relatora de la ONU sobre pornografía infantil y la Internet Watch Foundation han alertado de que la pornografía infantil ha tenido un aumento sin precedente en Internet y que la mayoría del material es ahora autograbado, sobre todo por menores de entre 11 y 13 años”. Los datos recogidos en el informe, provenientes de diversos estudios y fundaciones, son abundantes: 1 de cada 5 menores sufre violencia sexual antes de los 17 años; en 2021, a 1 de cada 3 encuestados en un estudio se les había pedido durante su infancia que hicieran algo sexualmente explícito en línea; los adolescentes que consumen pornografía antes de los 16 tienen más probabilidad de sufrir grooming

Riesgos de conducta: la red posibilita que los menores se conviertan en autores de delitos, compartiendo material grabado, recibido o elaborado con IA. Según el informe, “convirtiéndose en autores de acoso sexual a través del porno de venganza, porno de ataque, porno de acoso o cometer agresiones sexuales no en línea, sino en el mundo físico”. Como la pornografía no se distribuye únicamente en páginas pornográficas, sino en una multiplicidad de canales (redes sociales como TikTok, OnlyFans, sistemas de mensajería, videojuegos…), los adolescentes exploran, observan y consumen contenidos sexuales, aprendiendo y construyendo su identidad sexual en espacios que están fuertemente orientados a la violencia sexual.

Unas medidas para la esperanza

El informe retrata la sociedad a la que nos enfrentamos: una sociedad sumergida en la red, la cual proporciona beneficios, pero también esconde amenazas. El comité de 50 expertos ha realizado un gran trabajo, no solo exponiendo datos, estudios y teorías explicativas, sino elaborando también un total de 107 medidas que pretenden paliar aquellos riesgos que sí se puedan reducir.

Hemos contabilizado 27 medidas que abordan directamente la pornografía, ya sea citando directamente esa palabra, o «material para adultos», «contenido sexual», «contenido inapropiado» o sencillamente «adicciones sin sustancia». En concreto, por si interesa leer estas medidas más específicas, son las siguientes, según la numeración del documento: 1, 2, 7, 13, 22, 24, 26, 30, 36, 38, 39, 42, 45, 47, 53, 76, 77, 79, 81, 82, 95-100, 105.

Añadimos una lista que resume los temas tratados en esa relación de medidas específicas sobre la prevención del consumo de pornografía:

1. Creación de sistemas efectivos de verificación de edad, prohibición de herramientas digitales que generen deepfakes y creación de espacios seguros donde pedir ayuda.

2. Acceso progresivo a dispositivos móviles y mecanismos de bloqueo.

3. Actuación de los consejos audiovisuales autonómicos para vigilar contenidos no aptos.

4. Herramientas de control parental en dispositivos situados en espacios públicos.

5. Planes de acción contra las violencias ligadas al ámbito de la pornografía.

6. Definir la pornografía infantil como material de explotación sexual infantil.

7. Incluir imágenes tipo «hentai» como material pornográfico.

8. Clasificación de contenidos pornográficos que representan acciones ilegales.

9. Medidas de alerta y prevención que debe implantar la propia industria pornográfica.

10. Actuaciones y campañas de sensibilización en el ámbito de la pornografía.

11. Desarrollo de herramientas, protocolos y formaciones para la detección de este consumo.

12. Fomentar la investigación en el impacto en niños, niñas y adolescentes.

13. Creación de un Observatorio de salud mental y adicciones sin sustancia en el entorno digital y de ámbito estatal.

Ojalá que la sociedad, nosotros mismos, caigamos en la cuenta de todo aquello que aún se puede hacer para proteger a los menores y promover que crezcan en un entorno libre de violencia, pornografía y adicciones. Las medidas elegidas, sean 107, 47 o 12, son a nuestro juicio lo menos importante. El papel de la educación, en el hogar y en la escuela, son realmente las medidas importantes, la verdadera esperanza para una sociedad mejor. Si además hay una ayuda legislativa, bienvenida sea.

 

Referencias:

Ministerio de Infancia y Juventud. Informe del Comité de expertos.

BBC News. Australia plans social media ban for under-16s.

 

Imagen: Fast Company vía Unsplash