Todos tendemos a justificar cualquier conducta que realizamos. Es natural y no podemos evitarlo: de otro modo, estaríamos obligados a dejar esas acciones con mayor urgencia. Además, no nos falta razón en muchas de esas justificaciones. Aunque en realidad se puede decir que tenemos motivos, pero quizá no verdaderas razones. En fin, las típicas medias verdades, a las que nos aferramos como si nos fuera la vida en ello.

A veces, es bueno hacerse preguntas muy simples, concretas, quizá demasiado simples y concretas, pero que nos pueden ayudar a encontrar respuestas a comportamientos que tenemos asimilados. En el caso de la pornografía, podrían ser las siguientes: ¿qué te da la pornografía?, ¿qué persigues, ¿cuál es tu objetivo?, ¿cómo te sientes después de verla?

J. M. Ekazi, coach y terapeuta sexual, experto en la recuperación de adicciones sexuales y pornografía, lleva muchos años trabajando con personas que desean disfrutar de una vida sexual más sana. Ofrece múltiples herramientas y consejos a través de distintas vías. Por ejemplo, dispone de más de 600 lecciones y clases que se pueden escuchar en su Podcast o en su canal de Youtube. En un reciente artículo, apunta diez excusas que una persona puede poner encima de la mesa a la hora de ver pornografía. Son las siguientes:

 

1. Estoy con mucho estrés, así que me lo merezco.

2. El único que sabe lo que está haciendo soy yo.

3. Los hombres necesitan más sexo que las mujeres.

4. Lo que mi pareja no sabe, no puede hacerle daño.

5. Tengo un gran impulso sexual.

6. Me siento muy frustrado sexualmente si no veo pornografía o no me masturbo.

7. Mi esposa o novia no siempre está de humor cuando quiero sexo.

8. A mi pareja no le gustan las cosas que me gustan.

9. La pornografía es simplemente una actuación ficticia. Verlo no hace daño a nadie.

10. Al menos no estoy teniendo sexo con otra persona. Solo estoy viendo pornografía.

 

¿Te parecen suficientes, o añadirías alguna más? ¿Estás de acuerdo en las excusas citadas?